Zambrano es un artista plástico autodidacta que ahora cuida maletas en BagsCare Luggage Storage.
Nació en San Sebastian y siempre ha creído que la vida es corta pero ancha, en este sentido siempre le ha gustado experimentar. Tato Zambrano se aburre de casi todo y siempre ha sido una persona que le ha gustado perseguir retos y no apuntarse a nada en concreto durante mucho tiempo.En la escultura Zambrano es figurativo y en la pintura abstracto pues piensa que la escultura el la forma y la pintura el fondo.
Pero para crear hay que estar cargado y eso lleva tiempo, necesita procesos en espera para luego poder expresar todo lo vivido, esos procesos pueden ser de poco o mucho tiempo según las circunstancias.
Es lo que se llama “un veleta”, una persona que va de aquí para allá como un velero aprovechando las corrientes y el viento.
Zambrano siempre pensó que en la vida hay que tener paciencia y que el tiempo debe diversificarse en diferentes acciones para no caer en la monotonía.
Esta paciencia no es real en el corto plazo pero sí en esperar que las cosas fluyan y no hace las cosas razonándolas demasiado sino por pura intuición, como una aventura.
Zambrano no es una persona fácil, pero sí se puede confiar en él, no sabe mentir y se le ve venir.
En su obra escultórica de los últimos años lo que le gusta reflejar es la intimidad de sus personajes y no su vida social.
En cuanto a la pintura ha dejado los pinceles y se ha dedicado a pintar con el photoshop y no deja de hacer paisajes con el mar de fondo, el velero que refleja el espíritu “veleta” y el ciprés que representa lo arraigado, esto que no le gusta a Zambrano pues un árbol no se mueve y no hay cosa que más le guste a nuestro personaje que moverse constantemente.
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